Si nuestro avión
está homologado debe tener un manual del piloto donde aparezcan todas las
características de vuelo del mismo. Velocidades, límites operacionales, procedimientos,
etc. Pero si el avión lo hemos construido nosotros mismos ese manual no existe,
lo hemos de escribir nosotros y es valido solo para nuestro avión. El diseñador
proporciona unas especificaciones pero hay que tener en cuenta que cada avión
de construcción amateur es único y por tanto aunque su comportamiento no será
muy diferente de lo que se espera puede
haber ligeras variaciones.
Antes de obtener el certificado de aeronavegabilidad definitivo, hemos de hacer una serie de vuelos de prueba para poder garantizar que el avión es capaz de volar de una forma segura dentro de sus límites de actuación. En lugar de limitarnos simplemente a dar vueltas en la atmósfera para cumplir el expediente podemos aprovechar ese tiempo para comenzar a escribir el manual del piloto e ir progresivamente conociendo mejor el comportamiento y el rendimiento del avión. Eso nos ayudará a planificar cada vuelo y a establecer una secuencia de vuelos que nos lleve de forma segura desde el centro a los límites de operación del avión. En el caso de aviones homologados podemos hacer pruebas para corroborar los datos que aparecen en el manual del piloto. No solo es divertido sino que nos enseñará mucho sobre el avión y sobre el vuelo en general y nos ayudará a ser disciplinados en el aire lo que nos permitirá mejorar como aviadores. En esta y en posteriores entradas veremos como hacer pruebas en vuelo para determinar algunas de las prestaciones de nuestros aviones.
Una advertencia
antes de comenzar. Piloto de pruebas, quizá estas tres palabras evoquen
imágenes de superhombres sentados en poderosas máquinas, con cascos relucientes
y máscaras de oxígeno; gafas de sol, grandes relojes y cazadoras de cuero.
Escenas en las que sólo la extraordinaria pericia y un valor más allá de lo
humano marcan la diferencia entre hacer un agujero en el suelo y regresar a
casa donde espera una supermujer no menos extraordinaria pero, desde luego, mucho más atractiva y
exuberante.
Si alguno de los
lectores no puede apartar de su mente las imágenes del último párrafo será
mejor que se dedique a otra cosa y deje los vuelos de prueba a las personas de
verdad. No es cuestión de testosterona sino de cerebro. Por favor, que nadie se
confunda, esto ni es ni pretende ser un manual de piloto de pruebas,
simplemente es una descripción simplificada de algunos procedimientos que nos
permitirán conocer mejor nuestros aviones. Vamos a hacer pruebas sencillas, sólo
es necesario ser capaz de volar con una
cierta precisión de manera rutinaria, mantener
la concentración al 100 por 100 mientras se está en el aire y, sobre todo, ser absolutamente disciplinado. No
hablamos aquí de probar prototipos revolucionarios sino de obtener o corroborar
un determinado parámetro en un avión de diseño ya probado y con buenas
características de manejo y estabilidad.
Evidentemente,
antes de comenzar las pruebas, hay una serie de pasos que ya se han de haber
dado. El centrado del avión se debe haber comprobado en todas las condiciones
(con y sin combustible, con uno o dos tripulantes, con y sin equipaje, etc). Todos
los sistemas han de haber sido probados (combustible, pitot-estática, sistema
eléctrico, comunicaciones, topes de los mandos de vuelo, etc) y el motor debe
funcionar dentro de los límites apropiados de presiones y temperaturas.
Cualquier desviación de los límites debe corregirse antes de continuar con los
vuelos de prueba.
En la entrada anterior sobre la curva de potencia (17 Abril 2018) vimos que la velocidad de
máximo L/D sirve como punto de referencia a otras velocidades. La velocidad de
mínimo descenso es 0.75 x V L/D y la
velocidad de Carson es 1.32 x V L/D. En esta entrada veremos como podemos
calcular el máximo L/D y la velocidad de máximo L/D de nuestro avión mediante
unas sencillas maniobras en vuelo. Recordemos que la velocidad de máximo L/D es
la velocidad de máximo planeo, es decir, aquella velocidad en que la distancia
horizontal recorrida para una altura determinada es mayor. Volando a V L/D
podremos llegar más lejos con el combustible disponible. Es también la
velocidad que mantendremos en una emergencia como una parada de motor ya que
nos permitirá poder llegar más lejos lo que incrementa el número de campos
aptos para un aterrizaje de emergencia a nuestro alcance.
No hacen falta
equipos sofisticados, simplemente un cronómetro, un bolígrafo y un piernografo con
una tabla para poder apuntar las mediciones. Una ventaja que hace esta prueba
muy sencilla es el hecho de que el L/D y la velocidad de máximo L/D son
prácticamente constantes a cualquier altitud. Lo mejor es hacer las pruebas a
primera hora de la mañana, con atmósfera estable. De esta manera será muy fácil
mantener la velocidad constante y el movimiento vertical del avión no se verá
afectado por ascendencias o descendencias.
La seguridad es
importante así que después de ver que todo funciona bien en el avión
comprobaremos que el espacio aéreo a nuestro alrededor está libre de otros
aviones, y continuaremos comprobando regularmente durante todo el vuelo. El
procedimiento que seguiremos es muy simple, se trata de cortar gas, mantener
una velocidad específica y medir el régimen de descenso asociado (el tiempo que
tardamos en perder una altitud determinada). Esto se repite a distintas
velocidades hasta poder trazar un gráfico que relacione la velocidad y el
régimen de descenso, es decir, un gráfico que relacione la velocidad vertical y
la velocidad horizontal. Por ejemplo:
1- Subimos
a una altitud a la que nos sintamos cómodos.
2- Cortamos
gas completamente.
3- Mantenemos
una velocidad 10 MPH superior a la de pérdida y una vez estabilizada la
velocidad cronometramos el tiempo que hace falta para perder, por ejemplo, 300
pies. Esta es una cifra arbitraria, podemos escoger otra siempre que
mantengamos la misma en todas las pruebas.
4- Anotamos
la velocidad y el tiempo en segundos en la tabla.
5- Repetimos
los pasos 1 a 4 incrementando la velocidad 5 MPH cada vez. Como la velocidad de
Máximo L/D no es muy grande no es necesario que continuemos aumentando la
velocidad hasta VNE. Si nos quedamos a VNE -20 o VNE -30 MPH ya es más que suficiente.
Para que el
gráfico sea útil los dos ejes deben mostrar magnitudes en las mismas unidades. Es
más conveniente convertir la velocidad vertical a las mismas unidades que la
velocidad horizontal, así podremos leer directamente la velocidad de máximo L/D
sin hacer más conversiones de unidades. Como hemos medido el tiempo necesario
en segundos para perder 300 Pies, la velocidad vertical está en Pies/segundo. Si
la velocidad horizontal la hemos medido en MPH hay que multiplicar la velocidad
vertical por 0.682 para convertirla a MPH, si la hemos medido en Nudos hay que
multiplicarla por 0.592 para convertirla a Nudos y si la hemos medido en Km/H
por 1.098. Este gráfico servirá únicamente para el peso, la posición de flaps y
tren con que hemos volado. Hay que hacer varios gráficos para diferentes pesos,
posiciones de flap, etc. Así conoceremos el L/D y la velocidad de máximo L/D
para cualquier condición posible de vuelo.
Una vez
confeccionados todos los gráficos vemos que:
1- Si
trazamos una línea recta desde el origen de coordenadas de forma que sea
tangente a la curva, el punto de tangencia corresponde al máximo L/D y a la
velocidad de máximo planeo. Podemos leer la velocidad de máximo planeo justo en
la vertical del punto de tangencia. A esa velocidad el avión llegará más lejos
para una altura determinada.
2- Si
dividimos la velocidad horizontal por la velocidad vertical obtenemos el L/D
del avión correspondiente a esa velocidad. En el punto de tangencia obtendremos
el L/D máximo. Si la velocidad horizontal en el punto de tangencia es, por
ejemplo, 75 MPH y la velocidad vertical es 5.07 MPH, entonces el L/D máximo es
75 / 5.07 = 14.79. El L/D máximo es un coeficiente adimensional, eso significa
que como máximo nuestro avión podrá
avanzar 14,79 metros por cada metro que pierda de altura, o 14.79 millas por
cada milla de altura, o 14.79 Km por cada Km de altura, o 14.79 millas náuticas
por cada milla náutica de altura. Siempre que mantengamos 75 MPH constantes. Es
muy común referirse al L/D máximo como coeficiente de planeo. Así, por
ejemplo, se dice que tal avión tiene un
coeficiente de 20, o 20:1 lo que significa que por cada unidad de altura que
pierde recorre 20 unidades horizontalmente.
3- El
punto más alto de la curva corresponde a la velocidad de mínimo descenso, es
decir, aquella en la que tardaremos más tiempo en llegar al suelo.
4- Si
dividimos el peso del avión en Kg por el L/D obtenemos directamente el valor de
la resistencia al avance. Es decir si el avión pesa 450 Kg y el L/D es 14.79
entonces la resistencia es 450 / 14.79 = 30.4 Kg. Para cualquier velocidad
distinta de la de máximo planeo el valor de L/D disminuye y la resistencia
aumenta. Volando a una velocidad tal que el L/D es 10, entonces la resistencia
es 450 / 10 = 45 Kg.
5- El
ángulo de descenso, es decir el ángulo por debajo del horizonte de nuestra trayectoria
de vuelo corresponde al arco tangente de la velocidad vertical dividida por la
velocidad horizontal. Es decir, si volamos a 75 MPH con una velocidad vertical
de 5.07 MPH entonces el ángulo de descenso es
arctan (5.07 / 75) = 3.86º. Nuestra trayectoria de vuelo está 3.86º por
debajo del horizonte. Para cualquier otra velocidad distinta de V L/D el ángulo
de descenso es mayor. Obviamente el ángulo de descenso más bajo lo obtenemos
cuando volamos a V L/D. Si el coeficiente de planeo de nuestro avión es 8:1
entonces el mínimo ángulo de descenso es arctan (1/8) = 7.12º.
En estas pruebas
hemos mantenido el motor al ralentí, la hélice sigue girando y produciendo algo
de empuje lo que contribuye a aumentar un poco el valor del L/D. Si el motor se
para por completo, la hélice se detiene y no solo no produce ningún empuje sino
que genera una cierta resistencia lo que hace que el L/D sea menor. Por tanto,
en el caso de una parada de motor debemos esperar un peor rendimiento del avión
comparado al rendimiento con el motor al ralentí, por un lado empeora al desaparecer el empuje, por otro lo hace
debido a la resistencia producida por la hélice detenida. Especialmente si la
hélice gira por efecto del viento relativo al avanzar el avión.
El peso del avión
no influye en el valor del L/D pero si en la velocidad a la que hay que volar
para mantener ese L/D. Cuando el peso aumenta la velocidad de máximo planeo
también lo hace. Llegaremos al mismo sitio planeando pero volaremos más rápido
lo que implica que llegaremos antes. Una regla sencilla para calcular la
velocidad en función del peso es aumentar
V L/D un 5% por cada 10% de incremento del peso del avión.
Para un L/D determinado,
si tenemos viento en cola llegaremos más lejos que sin viento y si tenemos
viento en cara no llegaremos tan lejos como sin viento. La experiencia nos
permitirá estimar el efecto del viento. En una emergencia si volamos con viento
en cara hemos de tener en cuenta esa disminución del alcance. Evidentemente, es
mejor ser conservador a la hora de hacer las estimaciones. Más vale llegar un
poco alto al lugar escogido que quedarse corto.
Por último me
gustaría introducir un pequeño truco que nos ayudará a juzgar mejor nuestro
rendimiento en planeo con un simple vistazo al exterior. La idea fundamental es
considerar el escenario fuera del avión como si fuera un cuenco gigante con el
avión situado en el centro del mismo y con el horizonte a la altura de los ojos
del piloto. Si miramos directamente al horizonte lo hacemos con un ángulo de
0º, si miramos verticalmente hacia el suelo lo hacemos con un ángulo de 90º.
Para cualquier otra dirección de la mirada lo hacemos con un ángulo intermedio.
Sabiendo el coeficiente de planeo de nuestro avión podemos saber el ángulo de
planeo. Imaginemos que nuestro avión tiene un planeo de 10:1, el ángulo de
descenso es por tanto de 5.7º. Pues bien, si trazamos una línea imaginaria (una circunferencia con el avión en el centro) que
quede 5.7º por debajo del horizonte sabremos si podemos llegar planeando a un
campo determinado o no. Todo lo que quede por debajo de esta línea imaginaria a
5.7º por debajo del horizonte está a nuestro alcance. Todo lo que quede por
encima no. Y eso es válido para cualquier altura a la que nos encontremos.
En
próximas entradas veremos otros procedimientos para aprender a conocer nuestros
aviones. Buenos y seguros vuelos.
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