¿Recuerdas cuando estabas aprendiendo a volar?,
¿tus primeros virajes?. Seguro que esta fue tu primera experiencia con la
guiñada adversa, esa tendencia del avión a girar el morro en la dirección
opuesta al viraje. Veremos que es y como se contrarresta.
La guiñada adversa es la tendencia del avión a girar el morro
en la dirección opuesta al viraje. Por ejemplo, en un viraje a la izquierda, el
avión alabea a la izquierda pero el morro se desplaza a la derecha a menos que
se coordine el viraje con el timón de dirección. Es el resultado del
acoplamiento entre los ejes de alabeo y guiñada.
Los aviones viran cuando el piloto alabea, esto hace inclinarse
al vector sustentación lo que introduce una componente en la dirección hacia la
que se inclina. Para que el avión alabee, el piloto mueve la palanca de mando a
derecha o izquierda. Imaginemos un viraje a la izquierda. El piloto mueve la
palanca a la izquierda lo que hace subir al alerón izquierdo y bajar al alerón
derecho. El alerón que baja modifica la curvatura del ala, en este caso la
incrementa, esto hace que se genere más sustentación en esa parte del ala haciéndola
subir. Al mismo tiempo el alerón que sube disminuye la curvatura del ala y por
tanto la sustentación haciéndola bajar. Esta diferencia en la sustentación de
las dos alas es lo que produce el alabeo.
Uno de los motivos por los que se produce el acoplamiento
alabeo-guiñada es porque la deflexión de
los alerones afecta a la resistencia. Sabemos que de los dos tipos básicos de
resistencia (inducida y parásita), la primera está asociada con la generación
de sustentación y es directamente proporcional a la misma; la segunda es
producto del rozamiento del aire, superficie frontal, interferencia
aerodinámica alas-fuselaje, etc. El alerón que baja aumenta la sustentación, como
consecuencia también aumenta la resistencia inducida y esto genera un momento
en guiñada que hace mover el morro del avión hacia el lado del ala con el alerón
bajado. Paralelamente, el alerón que sube disminuye la sustentación y la resistencia
inducida lo que también contribuye a esta guiñada.
Cuando el piloto trata de alabear, los dos alerones se deflectan
simultáneamente y esto hace que se incremente la resistencia parásita porque el
avión con los alerones deflectados presenta más superficie frontal al viento
relativo. Aunque la resistencia parásita en ambas alas no es exactamente igual,
su efecto diferencial es pequeño comparado con el que produce la resistencia
inducida.
La deflexión de los alerones cambia la resistencia inducida en
las dos alas y cuando el piloto alabea a la izquierda, esta diferencia de
resistencias mueve el morro del avión a la derecha y viceversa. Para coordinar
el viraje y eliminar la guiñada adversa, el piloto utiliza el timón de
dirección, pisando el pedal del lado hacia el que se quiere virar, en este
caso, pedal izquierdo. Esto genera un momento de guiñada que contrarresta el
desplazamiento del morro en la dirección incorrecta. El timón de dirección no
elimina la diferencia en la resistencia inducida de las dos alas ni hace virar
el avión, simplemente contrarresta el momento de guiñada en la dirección
incorrecta.
Otro factor, mucho más sutil,
que contribuye a la guiñada
adversa es el cambio en la dirección del viento relativo de las dos alas
mientras el avión alabea. Si examinamos las componentes horizontal y vertical
del viento relativo en cada ala, vemos como el alabeo en si mismo contribuye a
la guiñada adversa. En vuelo recto y nivelado, las dos alas reciben el mismo
viento relativo. Cuando el avión alabea, las alas al rotar reciben el viento
relativo con una componente vertical añadida a la componente horizontal normal.
El viento relativo del ala que baja es la suma de la componente horizontal normal y una nueva
componente vertical desde abajo. En el caso del ala que sube, la componente
vertical viene desde arriba. Como la
sustentación es perpendicular al viento relativo, vemos que en el ala que baja,
el vector sustentación se inclina hacia delante mientras que en el ala que
sube, se inclina hacia atrás. Esta inclinación de los vectores sustentación de
las dos alas también contribuye a la guiñada adversa aunque, en términos
absolutos, su contribución es pequeña.
Efectos negativos de
la guiñada adversa
Ahora que sabemos cómo se produce, revisemos los efectos
negativos sobre los virajes.
El piloto mueve la palanca a la izquierda y el avión comienza a
alabear a la izquierda y guiñar a la derecha. Si no se coordina con el timón de
dirección, al desplazarse el morro a la derecha, el ala izquierda se acelera
respecto a la derecha lo cual genera sustentación adicional que trata de alabear
el avión a la derecha oponiéndose al alabeo izquierdo ordenado por el piloto.
Al desplazarse el morro a la derecha, ahora el viento relativo
viene de la izquierda y el avión se encuentra en un resbale a la izquierda. La
estabilidad que proporciona el diedro de las alas tratará también de alabear a
la derecha oponiéndose al viraje. Además el viento relativo de la izquierda,
tratará de mover el estabilizador vertical a la derecha; como este está
normalmente por encima del centro de gravedad del avión, habrá una tendencia a
detener el alabeo a la izquierda y, por suerte, a ralentizar el movimiento a la
derecha del morro debido a la estabilidad en guiñada que proporciona el estabilizador.
Los efectos negativos se combinan para dar como resultado
virajes perezosos e ineficaces que hacen perder altura innecesariamente.
Afortunadamente, todos estos efectos negativos sobre el alabeo son pequeños y
no pueden cancelar totalmente el efecto de los alerones. Si el piloto hubiera
coordinado el viraje con el timón de dirección la guiñada adversa no habría
aparecido ni ninguno de sus efectos negativos sobre el viraje.
La guiñada adversa existe durante la fase inicial del viraje,
mientras el avión está alabeando. Una vez conseguido el ángulo de inclinación
deseado, el piloto reduce o elimina la deflexión de los alerones desapareciendo
la guiñada adversa. Ahora, el piloto debe ajustar la deflexión del timón de
dirección para seguir manteniendo coordinado el viraje. Una vez alcanzado el
rumbo deseado, el piloto deflecta los alerones para volver al vuelo recto y
nivelado y el proceso comienza de nuevo pero en sentido contrario.
¿Cómo se puede
disminuir la guiñada adversa?
La guiñada adversa ha estado presente en el mundo de la
aviación desde el principio. Los primeros en conocerla y sufrirla fueron los
hermanos Wright y tras un profundo análisis la llegaron a comprender,
introduciendo timones de dirección en sus diseños. Desde entonces, progresivamente,
los ingenieros aeronáuticos han desarrollado diversas técnicas para tratar de
minimizarla.
El método más común es el empleo de alerones diferenciales.
Consiste en diseñar la transmisión del mando desde la palanca a los alerones de
forma que el alerón que baja se deflecta menos que el que sube. Esto provoca
mayor resistencia parásita en el alerón que sube y menos resistencia inducida
en el que baja. Ambos efectos reducen la guiñada adversa.
Otro método popular es el empleo de alerones de tipo Frise. En
ellos, el punto de abisagramiento está colocado de tal forma que cuando el alerón
sube, su borde de ataque sobresale por debajo del intrados del ala creando una
resistencia parásita extra que se opone al movimiento del morro en la dirección
incorrecta. Naturalmente, se pueden emplear alerones diferenciales tipo Frise y
el resultado es que se necesita muy poco timón de dirección para coordinar los
virajes.
Algunos aviones utilizan spoilers en lugar de alerones. En
ellos el alabeo es el resultado de la disminución de la sustentación que
produce un spoiler deflectado que hace bajar el ala. Además, la resistencia
parásita que genera el spoiler contribuye a mover el morro del avión en la
dirección del viraje.
La guiñada adversa es el resultado de un momento (fuerza x
brazo de palanca). Fuerza= Resistencia inducida. Brazo de palanca=Distancia entre el alerón y
el centro de gravedad. Los métodos anteriores tratan de reducir la fuerza;
también es posible tratar de reducir el brazo de palanca haciendo alas más
cortas pero, a veces, esto no es posible o deseable por cuestiones tanto
aerodinámicas como estructurales. Los veleros, por ejemplo, necesitan de alas
de gran envergadura para volar eficazmente. Con alas tan largas, el brazo de
palanca es grande y la guiñada adversa mucho mayor exigiendo un uso intenso de
los pies en los virajes.
Una cosa a tener en cuenta es que igual que otros efectos como
el par motor, la guiñada adversa es más notable cuando volamos en configuración
de alto ángulo de ataque, cerca de la pérdida.
Si entendemos cual es la
causa y sus consecuencias, podremos corregirla más fácilmente mejorando nuestra
técnica de vuelo y aumentando nuestra seguridad y la de nuestros pasajeros.
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