Comienza el verano, los días son más largos y tenemos mas tiempo para poder volar. Todos aprovechamos esta oportunidad para disfrutar de nuestra afición. Aparentemente sólo hay ventajas pero el verano también tiene algunas cosas no tan ventajosas. El aumento de la temperatura conlleva un peor rendimiento de nuestros aviones. Normalmente esto no es problema, solemos volar en pistas suficientemente largas y con motores de potencia más que suficiente pero hay situaciones en que las condiciones atmosféricas juegan en nuestra contra. Debemos ser capaces de identificar estas situaciones y cuando se dan las condiciones, ser precavidos y valorar la situación para decidir si podemos irnos al aire o es mejor quedarse en tierra.